LAS CONSTELACIONES
Entendemos por constelación a aquel grupo de
estrellas que tienen una forma y características específicas. Las
constelaciones son formas artificiales creadas por el ser humano para entender
de mejor manera un grupo particular de estrellas y si bien las mismas no están
marcadas en el espacio, la astronomía establece líneas y conexiones entre ellas
formando diferentes figuras y símbolos (que por lo general representan
personajes míticos).
La constelación es, entonces, una forma que se
establece simbólicamente sobre el cielo estrellado que observamos desde nuestro
punto en el planeta Tierra. Un detalle importante a tener en cuenta es que las
estrellas o cuerpos celestes que forman parte de una constelación pueden no
estar cerca unas de otras a pesar de que a simple vista parezcan todas iguales.
Por lo general, las constelaciones cuentan con estrellas de diferente tamaño,
siendo algunas más brillantes y notorias que otras.
La organización de las estrellas en constelaciones
es una práctica que existía ya desde tiempos antiguos cuando civilizaciones
como las mesopotámicas, las griegas y las orientales llevaban a cabo tal
práctica. Esta acción tenía como objetivo principal distinguir de manera más
accesible y rápida las estrellas, lo cual servía para la ubicación tanto
terrestre como marítima. De más está decir que, al mismo tiempo, estas
constelaciones recibían un carácter mágico trascendente y de ahí que se las
relacionara con animales o personajes míticos.
Las constelaciones se pueden dividir en aquellas
que están al norte y aquellas que están al sur del Ecuador. Hoy en día, se
siguen analizando y tomando en cuenta, estando por ejemplo representados todos
los personajes del Zodíaco. La Unión Astronómica Internacional reconoce a 88 de
ellas. La mejor manera de observar las constelaciones es desde un espacio
abierto, ya que los centros urbanos (debido a las edificaciones y a la
contaminación aérea) no permiten observar más que un par de ellas.
Las constelaciones
y el zodíaco
Las constelaciones dan origen o son causa de incontables historias, pero
también son como ventanas que nos permiten conocer el Universo.
A través de sus imaginarias figuras observamos nebulosas, nuevos planetas,
cúmulos estelares, galaxias, estrellas que han estallado...
Maravillas que estimulan nuestra ansiedad y nos llevan por diferentes caminos
en busca de nuevas explicaciones.
El Cosmos presenta un clásico espectáculo sobre leyendas y mitología de las
constelaciones. A través de los viejos relatos, se presentaban las ideas de
antiguas culturas como la griega, egipcia y de pueblos africanos y americanos,
que veían en las estrellas figuras de personajes y animales, y sus variadas
interpretaciones. Para comenzar este viaje visitarnos las más conocidas, como
lo son las constelaciones del zodíaco.
ARIES:
Aries, primera en el zodíaco, es una antigua constelación creada por las
tribus nómadas de Mesopotamia, que consideraban al carnero como uno de sus más
preciados animales domésticos. Los egipcios también identificaron este grupo de
estrellas como un carnero, animal asociado con su principal dios, Amón Ra.
Luego los griegos asignaron a esta constelación el mito del Vellocino de Oro.
El vellocinio de oro de este carnero fue premio conseguido por Jasón, líder de
los Argonautas. En su versión más conocida representa la fuga de Frixos y Hele,
hijos del rey de Tesalia, quienes recibieron la ayuda del dios Hermes (Mercurio
romano) para escapar de la crueldad de su madrastra. Hermes dio vida a un
carnero mágico con lana de oro y en su lomo los dos hermanos escaparon hacia el
cielo. Hele resbaló del carnero e el estrecho que separa a Europa de Asia,
lugar que los griegos llamaron Helesponto, el mar de Hele, y ahora conocido
como Los Dardanelos.
TAURO:
Tauro, la segunda constelación zodiacal, es una de las más antiguas y más
conocidas, ocupa 800 grados cuadrados de bóveda celeste que contienen en su
interior varios objetos de alto interés astronómico de muy fácil acceso
observacional. Tauro ha simbolizado a lo largo del tiempo un dilema mitológico
pues mientras que para unos es un gran animal que defiende a las Pléyades del
gran cazador ORION, para otros es el gran dios ZEUS, mientras que para los más
místicos veían al buey APIS. Por una parte, la constelación podría representar
simplemente un par de cuernos, puesto que el cuerno fue un símbolo de fertilidad
y opulencia en muchas culturas durante miles de años. Riqueza que estaba ligada
naturalmente a la fecundidad de la tierra representada por la siembra agrícola,
tarea que anunciaba esta constelación verificando la llegada del equinoccio
Vernal hacia el año 4.000 antes de Cristo. También podría estar ligada esta
constelación a la leyenda de Europa, la hija del rey Aganar, y un toro. Un día
en que la hermosa princesa paseaba hacia la costa acompañada de sus doncellas
para recoger unas flores, Zeus quedó prendado de ella y aprovechó esta ocasión
para acercarse a ella, para lo cual, Zeus se transformó en un Toro blanco y
dócil que se acercó a la princesa sin levantar recelos. Europa, atraída por la
bestia, le hizo una guirnalda de flores y se la colgó alrededor de la
cornamenta, lo paseó por la pradera y los amansó como a una oveja. Entonces la
bestia, aprovechando el atrevimiento de Europa que se había montado a sus
hombros corrió hacia la playa y, de repente, para sorpresa de Europa, la bestia
se echó al mar y llevó a la princesa a Creta sobre sus hombros. Cuando llegaron
a la costa cretense, Zeus tomó a Europa y de esta unión, la princesa tuvo tres
hijos, el primero de los cuales fue Minos, Rey de Creta, que, Desde la ciudad
de Cnosos dominó el mar Egeo, considerado un gobernante justo. Minos, de hecho,
fue el título que se otorgaba a los antiguos gobernadores de Creta y la leyenda
habla, posiblemente, de su origen místico.
GÉMINIS:
Géminis es la tercera constelación zodiacal. Según la mitología griega los
gemelos se llamaban Cástor y Pólux. Nacieron a partir de un huevo puesto por
Leda, reina de Esparta tras un romance con Zeus convertido en cisne. Cástor era
el hijo mortal del rey Tíndaro mientras que Pólux inmortal era hijo de Zeus. Ambos
gemelos viajaron al país gobernado por Idas y Lince, siendo Castor asesinado
por Idas mediante una Lanza. Pólux respondió a los ataques de Linceo y acabo
matándolo, más tarde Zeus intervino matando a Idas. Tras la batalla Pólux
rechazo su condición de inmortal al no poderla compartir con su hermano Cástor.
Zeus decidió conceder la inmortalidad a ambos con la condición de que
alternasen sus días entre el reino de los dioses y el infierno.
Poseidón convirtió a los gemelos en protectores de los marineros ya que
ambos habían formado parte de la tripulación de los argonautas, que junto con
Jasón enrolaron con el fin de recuperar el Vellocino de Oro.
Géminis es visible en el hemisferio norte durante los meses de otoño a
invierno.
CÁNCER:
Cáncer es la cuarta en orden del zodíaco. Cuando Hércules luchaba con Hidra,
Juno envió a este cangrejo para que atacara a Hércules. El cangrejo no tuvo
éxito en su misión, sino que por contra fue aplastado. Pero Juno recompensó al
cangrejo colocándolo entre las estrellas. La constelación de Cáncer es una de
las doce constelaciones que forman parte del zodiaco. Es una constelación muy
débil formada por cinco o seis estrellas (dependiendo de cómo la dibujes), de
las cuales la más importante es la nebulosa del pesebre. Dicha nebulosa posee
varias estrellas dobles e incluso triples. Para conocer la leyenda de Cáncer
hay que remontarse a las infidelidades de Zeus, una de estas fue con una
mortal, la cual tuvo como consecuencia el nacimiento de Hércules. Hera (mujer
de Zeus) cansada de las infidelidades decidió vengarse creando doce pruebas que
Hércules debería pasar, si lo lograba este quedaría en libertad.
En la segunda prueba Hércules debía de luchar contra una hidra de ocho o
nueve cabezas evitando cortar la central, ya que esto haría que volviese a
crecer el doble.
Hera observando la lucha, decidió ayudar a la bestia enviando a un
escorpión gigante que hiciera de centinela a la Hidra.
Cáncer logro morder a Hércules en la pierna, pero este lo aplasto furiosamente
matándolo y pidiendo ayuda a Yolao quien incendio el bosque quemando las
cabezas de la Hidra, finalmente Hércules corto la cabeza inmortal de la Hidra
enterrándola más tarde.
Pese a la derrota de estos, Hera recompenso a Cáncer por su esfuerzo
dándole un lugar entre las estrellas.
LEO:
Los orígenes de la identificación del León con el Sol se remontan al período
arcaico de la civilización mesopotámica. Los egipcios relacionaron a Leo con el
orto helíaco de Sirius, y con las crecidas estivales del Nilo, puesto que
tenían lugar cuando el Sol pasaba por el campo estelar de la constelación de
Leo. En Egipto la cabeza de león se empleaba para decorar las compuertas de los
canales; los arquitectos griegos y romanos la utilizaban para decorar fuentes y
obras hidráulicas. En el mito de los doce trabajos de Heracles (Hércules en la
mitología romana), Leo se identifica con el León de Nemea. En la historia,
Heracles debe despellejar a un león monstruoso cuya piel era resistente a las
piedras y al metal. Tras luchar con el león con sus manos desnudas y después de
haberlo ahogado hasta matarlo, Heracles usó las garras del león para
despellejado. Con la piel se hizo una capa que lo hacía invulnerable; y con la
cabeza del animal, un casco.
VIRGO:
Virgo se relaciona con el mito de Astrea, hija de Zeus y Temis y diosa de
la justicia. Según Hesíodo, cuando terminó la edad de oro y los hombres
desafiaron su autoridad. Astrea regresó disgustada al firmamento.
En lo referente al sentido de Virgo como virginidad, ha variado a lo largo
del tiempo. Las antiguas civilizaciones le daban un sentido muy diferente al
que le dio posteriormente el cristianismo.
Los pueblo de Mesopotamia y de
Grecia consideraban a Virgo como una diosa que tenía la función de mediar entre
el espíritu y la materia, así como la de unir la inteligencia con las
necesidades de la vida. Así pues, se la consideraba por ello un ser relacionado
con la procreación. El rito exigía que al igual que cada árbol daba su fruto,
la mujer entregara su virginidad a la diosa con el fin de atraerse la
fertilidad. La mitología greco-romana representa en este Signo el sexto trabajo
de Hércules.
La constelación de Virgo representa al cinturón de Hipólita, que es un cinturón estilizado o "hymen" que le había dado Venus y Hércules partió a recuperar el cinturón para los Dioses, la reina luchó con él
y Hércules la mató, dejando a las mujeres sin reina, privadas de dirección y de
amor, por ello fracasó, ya que no tenía que matarla. Para intentar compensar su
error, rescata a Hesione de las fauces de una serpiente monstruosa.
Ahora si miramos las estrellas podemos observar que Virgo, La Virgen es la
segunda constelación más grande. Está relacionada con las cosechas, ya sea de
vid o de maíz y se representa en el cielo con una espiga de maíz sobre su mano
izquierda (la estrella SPICA). Se le relaciona con la diosa Griega de la
cosecha Deméter (Ceres equivalente romano), pero también es vista como Astrea, como ya les he relatado anteriormente.
LIBRA:
Los griegos solían juntar las estrellas de Libra con las de Escorpio, aunque la
imagen de las balanzas se conocía, y es posible que este simbolismo tenga un
origen mesopotámico. Los autores romanos trataron a Libra diferenciándola de
Escorpio. La balanza también simbolizaba la idéntica duración del día y de la
noche en los equinoccios: hace dos milenios, el paso del Sol a Libra marcaba el
equinoccio de septiembre. Fueron los astrólogos romanos quienes interpretaron
las balanzas de Libra como las de la justicia, sujetas por Astrea, la diosa de
la justicia.
Los romanos con el fin de asignar una constelación a cada signo del zodiaco
colocaron la figura de Julio César y la partieron en dos partes de 30 grados
cada una.
Lo que sostenía en la mano significaba la justicia y recordaba que fue él quien
dividió el año en partes equitativas. Hasta que se adoptó el calendario
gregoriano lo que hizo que este signo se llamara libra.
Esto representaba la igualdad del día, lo que suponía que la sombra y la
luz tuviera la misma duración.
Este mito se representa por el séptimo trabajo de Hércules, cuando decide
matar a un jabalí pero cuando va a realizar su trabajo se encuentra con un
amigo centauro que le invita a festejar y beber vino lo que hace entrar a
Hércules en un estado de embriaguez y olvidarse de su tareas sin darse cuenta y
con la llegada de más centauros Hércules mata a su amigo, por lo que la muerte
lo persigue.
Hércules decide volver a su trabajo y persigue al jabalí, consigue
capturarlo y lo lleva al pueblo y dándose por victorioso da por finalizada su
tarea.
ESCORPIO:
Según una leyenda, Orión era hijo de Poseidón, que era el dios del mar, y de
Gea, la madre Tierra. Orión era un auténtico gigante tanto que podía pasar los
mares sin que el agua le cubriera.
Orión después de pasar muchas aventuras, fue a la isla de Quíos, allí se
enamora de la hija del rey Enopión, Mérote y él estaba tan enamorado que hasta
le pidió el matrimonio. Enopión le dijo que para casarse con su hija debía
exterminar a la mayoría de los animales que estaban causando pérdidas en la
cosecha, pero cuando había hecho todo lo que le pidió, Enopión no cumplió la
promesa.
Orión quería vengarse pero no lo encontró y enfurecido mató a todos los
animales que se le cruzaban por su camino. Su madre Gea tuvo que intervenir
porque había matado a muchos animales pero no le sirvió de mucho. A pesar de
las advertencias de Gea, Orión siguió igual, pero a su madre se le acabó la
paciencia y decidió mandarle un animal muy venenoso, el escorpión. Orión al
verlo se reía porque pensaba que era ridículo, pero se confió demasiado
pensando que no le podía hacer nada y el escorpión le picó en el pie, y Orión
cayó al suelo.
Cuando vio que moría pidió ayuda a Zeus le dijo que lo pusiera en el cielo
con los perros de caza y una liebre para que así cuando miraran hacia arriba lo
recordara como un cazador, también poderse vengar de su madre.
Zeus se encargó de situar en el firmamento al escorpión, pero lo puso
alejado de Orión para que no tuvieran que verse otra vez. Así que cuando
desaparece Orión es cuando aparece Scorpius. Orión siempre aparece en invierno
y Scorpius en verano. Otro mito de Escorpio nace de una vieja leyenda griega
relacionada con el intento de violación de Artemis (la Luna) por el gigante
Orión. En la leyenda se cuenta que Artemis se postró a los pies de su padre
(Zeus) y, abrazada a sus rodillas, le pidió una corta túnica, un calzado de
cazadora, un carcaj con sus flechas y un arco como el que tenía su hermano
Apolo. En la mitología clásica, Artemis es la diosa de la caza y de los bosques
y tiene como símbolo un oso. Orión era un gigante famoso por su belleza y su
enorme fortaleza, hijo de la Tierra y de Poseidón. Su estatura le permitía
caminar por el fondo del mar conservando la cabeza fuera del agua. Cuentan que
un día se hallaba Artemis cazando cuando se le apareció en medio del bosque el
gigante Orión. Este la vio joven y bella e intentó seducirla - se dice que el
gigante intentó violarla-. Pero Artemis era una divinidad casta y para
defenderse reclamó la ayuda de un alacrán. Este alacrán picó al gigante
mortalmente y la liberó. Para recompensarle, más tarde la diosa lo colocó en el
cielo. Justo en el lado opuesto de la constelación de Orión. Este es el
escorpión que está representado en el cielo de verano. Orión brilla en las
noches de invierno y su brillo mengua cuando surge la constelación de Escorpio.
Por eso surge una competencia entre Escorpio y Orión.
SAGITARIO:
Sagitario, desde la mitología, esta constelación es la imagen del centauro
Quirón, un ser que se distinguía de los demás por su sabiduría y conocimientos.
Nació de los amores entre Cronos y la ninfa Filira, y tenía la extraña forma de
mitad hombre, mitad caballo, porque su padre tuvo que convertirse en caballo
para engendrarlo. Según la leyenda, su madre al ver que había engendrado un
monstruo rogó a los dioses que la transformaran, siendo convertida en tilo (un
árbol).
Quirón fue enseñado por Apolo y Artemisa en el arte de la medicina y la
caza, estableciendo una consulta en una gruta y sus discípulos fueron
numerosos: Cástor, Pólux, Ulises, etc. En el transcurso de un combate fue
herido por una flecha empapada en la sangre de la Hidra de Lerna, lo que le
produjo terribles dolores. Puesto que era inmortal, no quiso seguir viviendo
con una perpetua agonía, por lo que con el consentimiento de los dioses ofreció
su inmortalidad a Prometeo, muriendo poco después. Zeus lo puso entre los
astros del cielo constituyendo la constelación de Sagitario (el Arquero).
CAPRICORNIO:
Para los mesopotámicos, Capricornio marcaba el momento del año en el que el Sol
se hallaba en su punto más alejado al sur del ecuador: el solsticio de
diciembre. La iconografía que representa a Capricornio como una cabra marina
posiblemente tenga orígenes asirio-babilónicos, cuyo dios de la sabiduría,
Oanes, era mitad hombre, mitad pez. Esta extraña figura reaparece a intervalos
más o menos distantes entre sí en el golfo Pérsico, disfrazada de sirena e
instruyendo a la humanidad artes y ciencias.
Entre los poetas latinos, Capricornio era conocido como “Neptuni proles”, “hijo
de Neptuno”. En la tradición astronómica india, esta constelación se
representaba como un cocodrilo.
Aparte de su forma combinada de cabra y pez, Capricornio se asocia con el dios
griego Pan, conocido por su comportamiento lujurioso y por la invención de la
flauta de pan. Algunos afirman que fue un sátiro; un hombre con patas de cabra,
pezuñas hendidas y cuernos. Recibió sus honores cuando Rea envió al monstruo
marino Tifón a destruir a los dioses del Olimpo. Pan se zambulló en un río y
trato de convertirse en un pez para escapar. Pero sólo logró transformarse a
medias, y cuando logró regresar a tierra, Tifón ya había desmembrado a Zeus.
Para asustar al monstruo, Pan emitió un chillido, que permitió a Hermes (el
mensajero de los dioses) recuperar los miembros arrancados de Zeus. Juntos, Pan
y Hermes recompusieron a Zeus que recompensó a Pan asignándole un lugar entre
las constelaciones.
ACUARIO:
Esta antigua constelación ha sido portadora de una tradición mitológica muy
sólida que ha perdurado a través de varias transformaciones culturales. En el
segundo milenio a. C., los babilonios representaban el jarrón como una urna que
se desbordaba, y asociaron a Acuario con su undécimo mes (equivalente a nuestro
enero-febrero) del año, cuyo nombre era “el curso de la lluvia”. Los egipcios
vieron en esta figura la representación de Hapi, el dios del Nilo, encargado de
distribuir las aguas de la vida; la urna era símbolo de buena fortuna. Esta
analogía hace que la fortuna se asocie con algunas estrellas del jarrón y de la
cabeza de la figura del aguador.
Las antiguas representaciones del aguador lo muestran como un hombre barbudo,
ya maduro. Sin embargo, el tratamiento clásico de esta figura era muy
diferente. Para el poeta latino Manilo (siglo I d.C.), este signo “es la
juventud que se derrama y que fue sustraída de la Tierra”. Esto hace referencia
al mito griego del niño Ganimedes. El hijo del rey Tros de Troya, Ganimedes,
era el más hermoso de los jóvenes de la Tierra. Por ello, los dioses lo
eligieron para que siempre llevara la copa dorada de néctar de los dioses y le
concedieron el don de la eterna juventud. En versiones posteriores, Zeus, el
rey de los dioses, deseaba al joven. Disfrazado como el águila de la misma
constelación, Zeus raptó al muchacho y lo llevó al Olimpo para convertirlo en
su copero personal.
Este rapto de Ganimedes llevado a cabo por Zeus, tuvo muchas repercusiones
en el monte Olimpo. Su llegada desplazaba a Hebe, diosa de la juventud e hija
de Hera, esposa de Zeus. Ésta se sintió ofendida por el insulto a Hebe, y por
la vergüenza de saber que Zeus se había enamorado de un chico. La actitud de su
esposa enfureció a Zeus, que glorificó a Ganimedes dándole un lugar en las
estrellas.
PISCIS:
En la cultura cristiana, Piscis ha sido identificado con Cristo.
Se cree que en la antigüedad la figura de Piscis estaba formada por un solo
pez. El astrónomo griego Eratóstenes (nacido en el año 276 a. C.) nos cuenta
que el origen del simbolismo del pez está en Derke, una diosa siria que era
mitad pez mitad mujer.
Los romanos crearon la idea de la diosa pez en el mito de Venus y su hijo
Cupido (en la mitología griega, Afrodita y Eros). Estas dos figuras mitológicas
fueron sorprendidas por el monstruo Tifón, pero Venus sabía que podrían escapar
por el agua. Cogió a Cupido y se sumergió en el agua, donde ambos se
transformaron en peces. Para asegurarse de que no se perderían, se ataron con
una cuerda. En el cielo vemos, por lo tanto, a madre e hijo, unidos por una
cuerda.