jueves, 31 de mayo de 2018

Características que nos hacen "humanos"




Características que nos hacen “humanos”


Los humanos somos probablemente la especie más rara que jamás ha existido.
Tenemos cerebros extravagantemente grandes que nos permiten construir complicados artefactos, entender conceptos abstractos y comunicarnos usando el lenguaje.
También somos casi lampiños, tenemos mandíbulas débiles y nos cuesta dar a luz. ¿Cómo evolucionó una criatura tan estrafalaria?
1 - Vivir en grupo
Los primeros primates, el grupo que incluye a monos y humanos, evolucionaron poco después de la desaparición de los dinosaurios.
Muchos comenzaron rápidamente a vivir en grupos. Eso supuso que cada animal debía moverse en una compleja red de amistades, jerarquías y rivalidades.
Así que vivir en grupos puede haber impulsado un aumento sostenido de la capacidad intelectual.
2- Más sangre al cerebro
Humanos, chimpancés y gorilas descienden todos de una especie desconocida de homínido extinguida.
En este ancestro, un gen llamado RNF213 comenzó a evolucionar rápidamente.
Esto puede haber estimulado el flujo de sangre hacia el cerebro al ensanchar la arteria carótida.
3 – La división de los primates: primeros cambios de genes
Nuestros ancestros se separaron de sus parientes parecidos a los chimpacés hace unos 7 millones de años.
En un principio, tendrían una apariencia similar. Pero dentro de sus células, el cambio ya estaba en marcha.
Después de la división, los genes ASPM y ARHGAP11B empezaron a mutar, y están involucrados en el crecimiento del córtex cerebral.
4 – Subidón de azúcar: energía para el cerebro
Después de que la línea evolutiva humana se separó de la línea de los chimpancés, dos genes mutaron formando proteínas que transportan glucosa dentro y fuera de las células.
Las modificaciones pueden haber desviado glucosa de los músculos hacia el cerebro de aquellos homínidos primitivos, y es posible que esta glucosa los haya estimulado y permitido que crecieran los cerebros.
5 – Las manos más hábiles
Nuestras manos son inusualmente hábiles y nos permiten hacer bellas herramientas de piedra o escribir palabras.
Los pulgares oponibles son una de los rasgos primordiales de los homínidos.
6 – Mandíbulas débiles: más lugar para el cerebro
En comparación con otros primates, los humanos no pueden morder con demasiada fuerza porque tienen músculos delgados en la mandíbula.
Esto parece deberse fundamentalmente a una mutación del que controla producción de tejido muscular.
Este cambio ocurrió hace entre 5,3 y 2,4 millones de años. Las mandíbulas más pequeñas pueden haber liberado espacio para que crezca el cerebro.
7 – Dieta variada: carne en el menú
Nuestros ancestros primates más antiguos comían principalmente fruta, pero especies posteriores como el Australopithecus ampliaron su gusto.
Además de alimentarse con una variedad más grande de plantas, como las hierbas, parece que comieron mucha más carne e incluso que la troceaban con herramientas de piedra.
Más carne supuso más calorías y menos tiempo de masticación.
8 – Pelados: no más vello corporal
Los humanos son primates casi lampiños. Nadie sabe por qué, pero ocurrió hace entre 3 y 4 millones de años.
Fue entonces fue cuando evolucionaron las ladillas, que solo pudieron infectar el pubis cuando el resto del pelo había desaparecido.
Expuesta al sol, la piel se oscureció. A partir de entonces, todos nuestros ancestros fueron negros, hasta que algunos humanos modernos dejaron los trópicos.
9 - Conexiones: un gen de inteligencia
Un gen llamado SRGAP2 fue duplicado tres veces.
Como resultado, nuestros ancestros tuvieron varias copias, algunas de las cuales podrían haber evolucionado libremente.
Una de las copias mutadas resultó ser mejor que la original.
Es probable que haya provocado que las células del cerebro modelaran más prolongaciones, permitiéndoles formar más conexiones.
10 – Cerebros más grandes: primates pensantes
Los humanos modernos pertenecen a un grupo o género de animales conocido como Homo.
El fósil de Homo más antiguo conocido fue hallado en Etiopía y tiene 2,8 millones de años.
La primera especie fue probablemente Homo habilis, aunque este supuesto ha sido disputado.
En comparación con sus ancestros, estos nuevos homínidos tenían cerebros mucho más grandes.
11 – Parto complicado: una cabeza muy grande
Para los humanos, el parto es difícil y peligroso.
A diferencia de otros primates, las madres casi siempre necesitan ayuda.
Esto es porque caminar en dos piernas supone un canal pélvico más estrecho para el paso de un bebé humano, cuya cabeza ha crecido en relación a sus ancestros.
Para compensar el parto dificultoso, los bebés nacen más pequeños e indefensos.
12 - Control del fuego
Nadie sabe cuándo nuestros ancestros aprendieron a controlar el fuego.
La prueba directa más antigua proviene de la Cueva Wonderwerk, en Sudáfrica, que contiene cenizas y huesos quemados de hace 1 millón de años.
Pero hay evidencias de que los homínidos procesaban los alimentos incluso antes y de que eso podía incluir cocinar con fuego.
13 – El don del habla
Todos los grandes homínidos tienen sacos de aire en sus tractos vocales que les permiten lanzar fuertes bramidos.
Pero los humanos no, porque esos sacos de aire hacen que sea imposible producir diferentes sonidos vocales.
Nuestros ancestros los perdieron aparentemente antes de que nos bifurcáramos de nuestros primos Neandertales, lo que sugiere que ellos también podían hablar.
14 - Un gen para el lenguaje
El gen llamado FOXP2 es crucial para aprender y usar el lenguaje.
El gen moderno se desarrolló en el ancestro común de los humanos y los Neandertales: el FOXP2 neandertal es igual al nuestro.
15 – Saliva reforzada para comer carbohidratos
La saliva contiene una enzima llamada amilasa, que digiere el almidón.
Los humanos modernos cuyos ancestros fueron agricultores tienen más amilasa que aquellos cuyos ancestros siguieron siendo cazadores recolectores.
Este refuerzo digestivo puede haber ayudado para dar inicio a los cultivos, los poblados y las sociedades modernas.

¿Qué nos hace "humanos"?

¡Qué nos hace "humanos"?




¿Qué es la evolución humana?

La evolución humana es definida como el proceso de transformación de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. Es decir, es un proceso de cambio que finalmente dio lugar al “Homo sapiens”, la única especie humana que existe actualmente en el planeta. Pero ¿cómo hemos llegado a ser cómo somos? ¿Cómo hemos ido cambiando? Han sucedido muchos cambios e innovaciones a lo largo de los años que nos han hecho ser humanos. Una de esas primeras características que definió al ser humano fue la bipedestación, es decir, la capacidad de andar erguido sobre los dos pies. Además la bipedestación implica una determinada posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan prematuras. Esto se desarrolló hace cuatro millones de años. Otros cambios muy significativos que nos han hecho ser humanos han sido: la expansión del cerebro, el lenguaje, el fuego, uso y fabricación de herramientas, aunque estas características se desarrollaron más lentamente. Las antiguas especies de homínidos se fueron adaptando a nuevos entornos para sobrevivir a medida que sus genes iban mutando, modificando así su anatomía (estructura corporal), fisiología (procesos físicos y químicos tales como la digestión) y comportamiento. A lo largo de grandes períodos de tiempo esta evolución fue modificando profundamente al ser humano y a su forma de vida. La evolución de nuestra especie es larga y bien conocida. Hay algunos “huecos” en el conocimiento del proceso de la evolución humana porque de algunas épocas apenas se han conservado fósiles. Para poder estudiar la evolución humana es primordial contar con restos fósiles, son la materia prima de dicho estudio. Hemos dicho que somos humanos y que nuestra especie se llama “Homo sapiens”. Pero no debemos olvidar que el ser humano es un primate. Las analogías físicas y genéticas manifiestan que nuestra especie humana, “Homo sapiens”, está estrechamente relacionada con otro grupo de primates, los simios. […] El ser humano comenzó su evolución en África, continente donde se produjeron gran parte de las transformaciones y cambios que hemos comentado antes. Los fósiles de los primeros homínidos, que vivieron hace entre 6 y 2 millones de años, proceden íntegramente de África.

 

 

¿Qué es lo que hizo humanos a los humanos?


Los investigadores aún hoy se preguntan sobre las verdaderas causas que explican el origen del hombre. Muchos afirman que si bien la capacidad de los homínidos para fabricar y manipular utensilios y armas ha tenido una importante influencia en la evolución, no fue el único factor determinante. El paso del mono hacia el hombre ocurrió entre los 4 y los 6 millones de años, y las herramientas más antiguas que se conocen tienen, como máximo, 2 millones de años de antigüedad. Tampoco es posible imaginar que una inteligencia extraordinaria permitiese la supervivencia de la especie de la que desciende el homo sapiens: el cerebro de los primeros homínidos se asemeja en estructura y en tamaño al de los monos más evolucionados. ¿Fue entonces el andar erecto el factor que explica la verdadera naturaleza del hombre? Ésta es una característica particular del ser humano. Sin embargo, los científicos afirman que, si bien ser bípedo ayudó en muchos aspectos a la supervivencia, los cuadrúpedos muchas veces son más ágiles y rápidos que el hombre. Ni el manejo de materiales, ni el tamaño del cerebro, ni ser bípedo, parecen conformar –aisladamente– los factores determinantes que hacen al hombre ser humano… Entonces, ¿cuáles fueron las causas que lo explican? La causa del éxito de la especie humana, según algunos investigadores, hay que buscarla en la totalidad del comportamiento. Liberarse de la necesidad de andar en cuatro patas, significó para los homínidos tener las manos libres para trabajar y para fabricar herramientas. Pero esto no habría sido suficiente sin el lenguaje. Porque el lenguaje tiene el valor de ser un instrumento de comunicación y, también, de conservación de la memoria colectiva; permite, además, razonar para construir e innovar. Los homínidos, a partir de determinado momento, fueron capaces de compartir e intercambiar aprendizajes que les permitían enfrentarse mejor con la naturaleza de la que dependían sus vidas. Algunos autores afirman que el homínido se hace hombre cuando, partiendo de lo que existe (hojas, piedras, huesos…), imagina, piensa lo que no existe (cuerdas, cuchillos, punzones…) y se lanza a realizarlo. Por esto, el hombre es un ser racional: además de sentir, razona (piensa). Pero el ser racional del hombre sólo fue posible gracias a su ser social: viviendo juntos, necesitándose y ayudándose unos a otros, los hombres tomaron conciencia de que el ser humano es más humano cuando está con otros. Cuando los hombres establecieron relaciones sociales y crearon una cultura, organizaron una sociedad.

Las principales diferencias entre hombre y demás homínidos pueden encontrarse en este artículo:

martes, 29 de mayo de 2018

Trabajo Práctico Nº 2 - Consignas

Trabajo Práctico Nº 2 - Consignas


Consignas para el Trabajo Práctico sobre la hominización

https://drive.google.com/open?id=1XeJmjDY-BM1J7KIrb6wcg4wkxX7BXJnb

 

Proceso de Hominización

PROCESO DE HOMINIZACIÓN

 

El concepto de hominización hace referencia a las diversas etapas que componen el desarrollo evolutivo de nuestra especie. Este proceso implica diversos cambios en el género Homo desde sus primeros exponentes hasta el ser humano actual. Cada fase del mismo se encuentra caracterizada por la adquisición de una determinada condición en la especie, que la diferenciaría del resto de los seres vivos, incluidos los primates.
Los estudios de hominización, que incluyen nociones de antropología, genética, arqueología, paleontología y otras ciencias, se remontan también a otros géneros, como el Australopithecus y el Ardipithecus.

 Descargar archivo:


https://drive.google.com/open?id=1SLdkdPapTADppS-rDK60MH7BwKWZoTVQ

lunes, 28 de mayo de 2018

Creacionismo y Evolucionismo

CREACIONISMO Y EVOLUCIONISMO

Evolución

La evolución biológica es el conjunto de transformaciones o cambios a través del tiempo que ha originado la diversidad de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de un antepasado común. La palabra evolución para describir tales cambios fue aplicada por vez primera en el siglo XVIII por el suizo Charles Bonnet en su obra "Consideration sur les corps organisés". No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulada por varios filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se transforman continuamente fue postulada por numerosos científicos de los siglos XVIII y XIX, a los cuales Charles Darwin citó en el primer capítulo de su libro El origen de las especies. Sin embargo, fue el propio Darwin, en 1859, quien sintetizó un cuerpo coherente de observaciones que solidificaron el concepto de la evolución biológica en una verdadera teoría científica.
La existencia de la evolución como una propiedad inherente a los seres vivos ya no es materia de debate entre los científicos. Los mecanismos que explican la transformación y diversificación de las especies, en cambio, se hallan todavía bajo intensa investigación.
Dos naturalistas, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace propusieron en 1858, en forma independiente, que la selección natural es el mecanismo básico responsable del origen de nuevas variantes fenotípicas y, en última instancia, de nuevas especies. Actualmente, la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y otros avances posteriores en la genética; por eso se la denomina síntesis moderna o teoría sintética. Según esta teoría, la evolución se define como un cambio en la frecuencia de los alelos en una población a lo largo de las generaciones. Este cambio puede ser causado por una cantidad de mecanismos diferentes: selección natural, deriva genética, mutación, migración (flujo genético). La teoría sintética recibe en la actualidad una aceptación general de la comunidad científica, aunque también ciertas críticas. Ha sido enriquecida desde su formulación, en torno a 1940, por avances en otras disciplinas relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo o la paleontología.
De hecho, las teorías de la evolución, o sea, sistemas de hipótesis basadas en datos empíricos tomados sobre organismos vivos para explicar detalladamente los mecanismos del cambio evolutivo, continúan siendo formuladas. 

Pruebas de la evolución
Son pruebas basadas en criterios de morfología y anatomía comparada. Los conceptos de homología y analogía adquieren especial relevancia para la comprensión de las pruebas anatómicas. Se entiende por estructuras homólogas aquellas que tienen un origen común pero no cumplen necesariamente una misma función; por el contrario, las estructuras que pueden cumplir una misión similar pero poseen origen diferente, serían análogas. De esta manera, las alas de los insectos y las aves serían estructuras análogas, mientras que las extremidades anteriores de los mamíferos, que presentan un mismo origen pero que llevan a cabo funciones diversas -locomotora, natatoria, etc.-, constituirían estructuras homólogas.
En relación a las pruebas embriológicas, hay que distinguir entre ontogenia -las distintas fases del desarrollo embrionario- y filogenia, concepto que hace referencia a las distintas formas evolutivas por las que han pasado los antecesores de un individuo, es decir, su desarrollo evolutivo. En los vertebrados, cuanto más cerca de la fase inicial se sitúan los embriones, más parecidos son; posteriormente, se van diferenciando progresivamente cuanto más cerca de la fase de adulto terminal se encuentran.
Otra de las pruebas clásicas es el estudio de los fósiles. El análisis de los distintos estratos geológicos demuestra la presencia de fósiles de invertebrados en los más antiguos; gradualmente, van apareciendo en los más recientes peces primitivos, y, finalmente, los fósiles correspondientes a los mamíferos y las aves.

CREACIONISMO

Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspirada en doctrinas religiosas, según la cual la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente provienen de un acto de creación por uno o varios seres divinos, cuyo acto de creación fue llevado a cabo de acuerdo con un propósito divino.
Por extensión a esa definición, el adjetivo «creacionista» se ha aplicado a cualquier opinión o doctrina filosófica o religiosa que defienda una explicación del origen del mundo basada en uno o más actos de creación por un Dios personal, como lo hacen, por ejemplo, las religiones del Libro. Por ello, igualmente se denomina creacionismo a los movimientos pseudo-científicos y religiosos que militan en contra del hecho evolutivo.
El creacionismo se destaca principalmente por los "movimientos anti-evolucionistas", tales como el diseño inteligente, cuyos partidarios buscan obstaculizar o impedir la enseñanza de la evolución biológica en las escuelas y universidades. Según estos movimientos creacionistas, los contenidos educativos sobre biología evolutiva han de sustituirse, o al menos contrarrestarse, con sus creencias y mitos religiosos o con la creación de los seres vivos por parte de un ser inteligente. En contraste con esta posición, la comunidad científica sostiene la conveniencia de diferenciar entre lo natural y lo sobrenatural, de forma que no se obstaculice el desarrollo de aquellos elementos que hacen al bienestar de los seres humanos.
Las cosmogonías y mitos de carácter creacionista han estado y permanecen presentes en muy distintos sistemas de creencias, tanto monoteístas, como politeístas o animistas. El movimiento creacionista políticamente más activo y conocido es de origen cristiano protestante y está implantado, principalmente, en los Estados Unidos.

Creación de la Tierra y los seres vivos
Creacionismo de la Tierra joven
Algunos creacionistas creen que la Tierra es joven, indicando que el planeta tiene menos de 10.000 años, y generalmente creen que fue creada por Dios hace 6.000 años, tal como lo describe el Calendario de Ussher-Lightfoot. Así, las teorías científicas del Universo y la astronomía no están incluidas en esa ideología.
Esta visión es apoyada por múltiples Iglesias Protestantes en Estados Unidos. Se estima en un 47% el número de estadounidenses que comparten ésta opinión, y casi el 10% de Universidades Cristianas imparten ésta teoría en sus clases.
Como el creacionismo es una ideología independiente, según esta ideología, la Tierra es joven y no tiene más de 6000 años de antigüedad; esto a través del cálculo y deducción mediante regresiones realizadas sobre las edades de los personajes de la Biblia mencionados en el Génesis.
Dentro de este creacionismo existen tres formas:

·     Creacionismo de la Tierra Joven: rechaza absolutamente la evolución de las especies y las teorías geológicas sobre la evolución de la Tierra en todas sus formas; siendo la forma más común de creacionismo clásico.
·     Creacionismo de la Tierra Joven Ambiguo: acepta en una Tierra joven la evolución de todos los seres vivientes, excepto la evolución de los seres humanos. Rechaza la teoría de la evolución de las especies de Darwin así como el origen del hombre y el evolucionismo científico.
·     Creacionismo de la Tierra Joven de una evolución rápida: asegura que Dios dirigió un tipo de evolución singular de corto período hasta el sexto día de la creación, en la que después se sumó a la creación o al nacimiento de las primeras especies, a esa respuesta por el nombramiento joven.
 
Creacionismo de la Tierra antigua
 
En oposición al creacionismo de la Tierra joven, otros creacionistas admiten que la Tierra puede ser antigua, es decir, que podría tener millones o incluso miles de millones de años. Existen diferentes tipos de creacionismo de la Tierra antigua:

·     Creacionismo de la restitución: sostiene que la vida (con o sin cambios) fue creada de inmediato en una Tierra antigua preexistente.
·     Creacionismo del día-era: sostiene que la Tierra fue creada por Dios en seis días cósmicos, que serían mucho más largos que los días terrestres (por ejemplo, cada día podría durar varios cientos de millones de años).
·     Creacionismo del diseño inteligente: sostiene que la Tierra fue creada tal como lo explica la geología, pero describe la evolución de la tierra y la vida a través de la intervención directa de Dios.
·     Creacionismo de la evolución teísta y creacionismo evolutivo: sostiene el proceso de formación del universo y los seres vivos como es descrito por la ciencia (pro-evolución natural) pero postula que, además, existe un propósito y un origen divino en ello; también sostiene la no incompatibilidad entre la ciencia y la creencia en un dios creador.

La evolución y extinción de los animales y otros seres vivos

Dentro de la mayoría de las doctrinas mencionadas anteriormente, igualmente se plantea que hace unos miles de años sucedió un cataclismo (diluvio universal), en el que muchas especies animales desaparecieron al ascender el nivel del mar varios cientos de metros. Sin embargo, al referirse los creacionistas a la evolución y extinción de los animales y otros seres vivos, tampoco presentan un consenso sobre estos temas. De esta forma se presentan las siguientes subclases de ideologías creacionistas:
Creacionismo que niega la evolución y extinción: sostiene que Dios no crearía grupos de seres que necesitaran cambios o adaptaciones para lograr la supervivencia de sus descendientes, ni permitiría que seres creados por Dios se extinguieran. Este creacionismo cree que todos los grupos animales fueron salvados en el Arca de Noé. Para explicar los fósiles que descartan sus creencias, un subgrupo cree que estos fósiles son falsos, mientras otro subgrupo cree que todos los animales o algún espécimen de cada grupo animal que se creen extintos, realmente no lo están y vivirían en lugares aislados o desconocidos, realizando algunos grupos incluso expediciones para encontrarlos. Este tipo de creacionismo busca apoyo igualmente en las pseudociencias, en especial en la criptozoología popular; o incluso creyendo en la veracidad de fraudes como las piedras de Ica, las cuales poseen falsos grabados de dinosaurios conviviendo con seres humanos, y demás ooparts (“Objetos fuera de tiempo”).

·     Creacionismo creyente en la extinción divina: cree sólo en el proceso de extinción y no en la evolución, pero la extinción se produciría sólo por una intervención y voluntad divina. Dentro de esta categoría resaltan los grupos que creen que los dinosaurios y otros animales extintos antiguos, se extinguieron durante el Diluvio Universal. Así, estos grupos creen que los fósiles serían sólo evidencia de un suceso catastrófico de inundación producido por el diluvio descrito en la Biblia, y rechazan las explicaciones científicas de estos fósiles.
·     Creacionismo creyente en la evolución y extinción divina: cree en estos procesos, aunque ellos se producen por intervención y voluntad divina; ejemplo de ello es la ideología del diseño inteligente.

Textos extraídos de “La vida maravillosa”, “El pulgar del panda” y “El final de los tiempos”, de Stephen Jay Gould


Tarea Técnicas y Procedimientos - 06/03/24

Técnicas y Procedimientos  06/03/24 Ø     Leemos la noticia y respondemos:   o        ¿Qué es el dengue? o        ¿Quién habla sobre...