lunes, 28 de mayo de 2018

Creacionismo y Evolucionismo

CREACIONISMO Y EVOLUCIONISMO

Evolución

La evolución biológica es el conjunto de transformaciones o cambios a través del tiempo que ha originado la diversidad de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de un antepasado común. La palabra evolución para describir tales cambios fue aplicada por vez primera en el siglo XVIII por el suizo Charles Bonnet en su obra "Consideration sur les corps organisés". No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulada por varios filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se transforman continuamente fue postulada por numerosos científicos de los siglos XVIII y XIX, a los cuales Charles Darwin citó en el primer capítulo de su libro El origen de las especies. Sin embargo, fue el propio Darwin, en 1859, quien sintetizó un cuerpo coherente de observaciones que solidificaron el concepto de la evolución biológica en una verdadera teoría científica.
La existencia de la evolución como una propiedad inherente a los seres vivos ya no es materia de debate entre los científicos. Los mecanismos que explican la transformación y diversificación de las especies, en cambio, se hallan todavía bajo intensa investigación.
Dos naturalistas, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace propusieron en 1858, en forma independiente, que la selección natural es el mecanismo básico responsable del origen de nuevas variantes fenotípicas y, en última instancia, de nuevas especies. Actualmente, la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y otros avances posteriores en la genética; por eso se la denomina síntesis moderna o teoría sintética. Según esta teoría, la evolución se define como un cambio en la frecuencia de los alelos en una población a lo largo de las generaciones. Este cambio puede ser causado por una cantidad de mecanismos diferentes: selección natural, deriva genética, mutación, migración (flujo genético). La teoría sintética recibe en la actualidad una aceptación general de la comunidad científica, aunque también ciertas críticas. Ha sido enriquecida desde su formulación, en torno a 1940, por avances en otras disciplinas relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo o la paleontología.
De hecho, las teorías de la evolución, o sea, sistemas de hipótesis basadas en datos empíricos tomados sobre organismos vivos para explicar detalladamente los mecanismos del cambio evolutivo, continúan siendo formuladas. 

Pruebas de la evolución
Son pruebas basadas en criterios de morfología y anatomía comparada. Los conceptos de homología y analogía adquieren especial relevancia para la comprensión de las pruebas anatómicas. Se entiende por estructuras homólogas aquellas que tienen un origen común pero no cumplen necesariamente una misma función; por el contrario, las estructuras que pueden cumplir una misión similar pero poseen origen diferente, serían análogas. De esta manera, las alas de los insectos y las aves serían estructuras análogas, mientras que las extremidades anteriores de los mamíferos, que presentan un mismo origen pero que llevan a cabo funciones diversas -locomotora, natatoria, etc.-, constituirían estructuras homólogas.
En relación a las pruebas embriológicas, hay que distinguir entre ontogenia -las distintas fases del desarrollo embrionario- y filogenia, concepto que hace referencia a las distintas formas evolutivas por las que han pasado los antecesores de un individuo, es decir, su desarrollo evolutivo. En los vertebrados, cuanto más cerca de la fase inicial se sitúan los embriones, más parecidos son; posteriormente, se van diferenciando progresivamente cuanto más cerca de la fase de adulto terminal se encuentran.
Otra de las pruebas clásicas es el estudio de los fósiles. El análisis de los distintos estratos geológicos demuestra la presencia de fósiles de invertebrados en los más antiguos; gradualmente, van apareciendo en los más recientes peces primitivos, y, finalmente, los fósiles correspondientes a los mamíferos y las aves.

CREACIONISMO

Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspirada en doctrinas religiosas, según la cual la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente provienen de un acto de creación por uno o varios seres divinos, cuyo acto de creación fue llevado a cabo de acuerdo con un propósito divino.
Por extensión a esa definición, el adjetivo «creacionista» se ha aplicado a cualquier opinión o doctrina filosófica o religiosa que defienda una explicación del origen del mundo basada en uno o más actos de creación por un Dios personal, como lo hacen, por ejemplo, las religiones del Libro. Por ello, igualmente se denomina creacionismo a los movimientos pseudo-científicos y religiosos que militan en contra del hecho evolutivo.
El creacionismo se destaca principalmente por los "movimientos anti-evolucionistas", tales como el diseño inteligente, cuyos partidarios buscan obstaculizar o impedir la enseñanza de la evolución biológica en las escuelas y universidades. Según estos movimientos creacionistas, los contenidos educativos sobre biología evolutiva han de sustituirse, o al menos contrarrestarse, con sus creencias y mitos religiosos o con la creación de los seres vivos por parte de un ser inteligente. En contraste con esta posición, la comunidad científica sostiene la conveniencia de diferenciar entre lo natural y lo sobrenatural, de forma que no se obstaculice el desarrollo de aquellos elementos que hacen al bienestar de los seres humanos.
Las cosmogonías y mitos de carácter creacionista han estado y permanecen presentes en muy distintos sistemas de creencias, tanto monoteístas, como politeístas o animistas. El movimiento creacionista políticamente más activo y conocido es de origen cristiano protestante y está implantado, principalmente, en los Estados Unidos.

Creación de la Tierra y los seres vivos
Creacionismo de la Tierra joven
Algunos creacionistas creen que la Tierra es joven, indicando que el planeta tiene menos de 10.000 años, y generalmente creen que fue creada por Dios hace 6.000 años, tal como lo describe el Calendario de Ussher-Lightfoot. Así, las teorías científicas del Universo y la astronomía no están incluidas en esa ideología.
Esta visión es apoyada por múltiples Iglesias Protestantes en Estados Unidos. Se estima en un 47% el número de estadounidenses que comparten ésta opinión, y casi el 10% de Universidades Cristianas imparten ésta teoría en sus clases.
Como el creacionismo es una ideología independiente, según esta ideología, la Tierra es joven y no tiene más de 6000 años de antigüedad; esto a través del cálculo y deducción mediante regresiones realizadas sobre las edades de los personajes de la Biblia mencionados en el Génesis.
Dentro de este creacionismo existen tres formas:

·     Creacionismo de la Tierra Joven: rechaza absolutamente la evolución de las especies y las teorías geológicas sobre la evolución de la Tierra en todas sus formas; siendo la forma más común de creacionismo clásico.
·     Creacionismo de la Tierra Joven Ambiguo: acepta en una Tierra joven la evolución de todos los seres vivientes, excepto la evolución de los seres humanos. Rechaza la teoría de la evolución de las especies de Darwin así como el origen del hombre y el evolucionismo científico.
·     Creacionismo de la Tierra Joven de una evolución rápida: asegura que Dios dirigió un tipo de evolución singular de corto período hasta el sexto día de la creación, en la que después se sumó a la creación o al nacimiento de las primeras especies, a esa respuesta por el nombramiento joven.
 
Creacionismo de la Tierra antigua
 
En oposición al creacionismo de la Tierra joven, otros creacionistas admiten que la Tierra puede ser antigua, es decir, que podría tener millones o incluso miles de millones de años. Existen diferentes tipos de creacionismo de la Tierra antigua:

·     Creacionismo de la restitución: sostiene que la vida (con o sin cambios) fue creada de inmediato en una Tierra antigua preexistente.
·     Creacionismo del día-era: sostiene que la Tierra fue creada por Dios en seis días cósmicos, que serían mucho más largos que los días terrestres (por ejemplo, cada día podría durar varios cientos de millones de años).
·     Creacionismo del diseño inteligente: sostiene que la Tierra fue creada tal como lo explica la geología, pero describe la evolución de la tierra y la vida a través de la intervención directa de Dios.
·     Creacionismo de la evolución teísta y creacionismo evolutivo: sostiene el proceso de formación del universo y los seres vivos como es descrito por la ciencia (pro-evolución natural) pero postula que, además, existe un propósito y un origen divino en ello; también sostiene la no incompatibilidad entre la ciencia y la creencia en un dios creador.

La evolución y extinción de los animales y otros seres vivos

Dentro de la mayoría de las doctrinas mencionadas anteriormente, igualmente se plantea que hace unos miles de años sucedió un cataclismo (diluvio universal), en el que muchas especies animales desaparecieron al ascender el nivel del mar varios cientos de metros. Sin embargo, al referirse los creacionistas a la evolución y extinción de los animales y otros seres vivos, tampoco presentan un consenso sobre estos temas. De esta forma se presentan las siguientes subclases de ideologías creacionistas:
Creacionismo que niega la evolución y extinción: sostiene que Dios no crearía grupos de seres que necesitaran cambios o adaptaciones para lograr la supervivencia de sus descendientes, ni permitiría que seres creados por Dios se extinguieran. Este creacionismo cree que todos los grupos animales fueron salvados en el Arca de Noé. Para explicar los fósiles que descartan sus creencias, un subgrupo cree que estos fósiles son falsos, mientras otro subgrupo cree que todos los animales o algún espécimen de cada grupo animal que se creen extintos, realmente no lo están y vivirían en lugares aislados o desconocidos, realizando algunos grupos incluso expediciones para encontrarlos. Este tipo de creacionismo busca apoyo igualmente en las pseudociencias, en especial en la criptozoología popular; o incluso creyendo en la veracidad de fraudes como las piedras de Ica, las cuales poseen falsos grabados de dinosaurios conviviendo con seres humanos, y demás ooparts (“Objetos fuera de tiempo”).

·     Creacionismo creyente en la extinción divina: cree sólo en el proceso de extinción y no en la evolución, pero la extinción se produciría sólo por una intervención y voluntad divina. Dentro de esta categoría resaltan los grupos que creen que los dinosaurios y otros animales extintos antiguos, se extinguieron durante el Diluvio Universal. Así, estos grupos creen que los fósiles serían sólo evidencia de un suceso catastrófico de inundación producido por el diluvio descrito en la Biblia, y rechazan las explicaciones científicas de estos fósiles.
·     Creacionismo creyente en la evolución y extinción divina: cree en estos procesos, aunque ellos se producen por intervención y voluntad divina; ejemplo de ello es la ideología del diseño inteligente.

Textos extraídos de “La vida maravillosa”, “El pulgar del panda” y “El final de los tiempos”, de Stephen Jay Gould


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